Señor de la Ciudad de Cristal y hermano de Lumen, maestro cristalero. Al igual que el resto de los "cristalinos", es grácil, alto y esbelto, de piel blanca, casi translúcida, con cabellos blancos y tan finos como hilos. Sus ojos son extraños, con unos iris que parecen cristales líquidos pero descoloridos. Porta un ópalo blanco en una diadema que le confiere el poder en la ciudad y le permite dar vida a los golems de cristal que le protegen.

 

Está atrapado por su ópalo en la ciudad de Cristal. Al aceptar el ópalo como regalo de su hermano, su proceso de cambio a etéreo se frenó por completo, y además le hizo indispensable en la ciudad al ser su portador, de modo que no puede abandonarla. El ópalo, por tanto, es su privilegio y su responsabilidad pero también su condena. Además, como su piedra y la de su hermano son gemelas, él no puede deshacerse de ella mientras su hermano conserve la suya.

Ficha de lectura